El salmorejo es, sin duda, uno de los platos más preciados de la gastronomía cordobesa. Desde sus orígenes ha sido siempre una receta humilde, con una gran vinculación al mundo rural por el bajo precio de los ingredientes con los que se prepara. Pero también muy sabrosa y saludable. Conocido por todos los cordobeses y plato obligado para los visitantes, el salmorejo es conocido en todo el país. Sin embargo, su historia, no lo es tanto. Hoy os contamos de dónde procede.
Historia del salmorejo
Los historiadores suelen fechar el origen del salmorejo en época romana cuando estos introdujeron el pan realizado con trigo en la península ibérica. Fueron ellos quienes empezaron a realizar una salsa fruto de la mezcla entre pan remojado en agua, ajo y vinagre.
Ya en época musulmana realizaban una comida parecida, a la que le añadían aceite en crudo. Por lo que, en su origen, era una especie de mazamorra. El tomate, que otorga al salmorejo su característico color rojo y su sabor inconfundible, no fue introducido hasta el descubrimiento de América, cuando el tomate llegó a España.
La receta se popularizó de forma generalizada en la década de los 60, cuando ya se realizaba en todos los hogares y restaurantes cordobeses. Hoy en día es habitual añadirle pizcos de jamón serrano y huevo duro como acompañamiento.
Sin duda, el salmorejo se ha convertido en buque insignia de la cultura cordobesa. Un plato perfecto para cualquier ocasión, sobre todo para los calurosos días de verano.
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